La educación de un pueblo, es el principio básico , el elemento más profundo que indaga en lo más íntimo de cada ser y que sirve de guía en los senderos que la vida misma nos depara.
Es el instrumento por excelencia a través de su amalgama de virtudes y experiencias le sirve de molde al hombre y lo aleja de su naturaleza primitiva y a su vez exalta su humanidad.
Sin educación no existiría la civilización la humanidad sería devorada por el canibalismo de la ignorancia y anduviese en delirios de falsedad.
Para lograr una educación de excelencia la escuela debe nutrirse de maestros esculpidos en la docencia, la docencia dirigida por la madurez, dulzura, el cariño, creatividad empeño, amor y respeto.
¡¡¡La Escuela necesita artesanos del alma!!!
Diseñadora del complejo arte de enseñar fue María Cristina Santiago Colón eternamente la maestra que se caracterizó por su dulzura, amor y compromiso con la niñez y juventud de nuestro pueblo. Impartió clases desde elemental hasta superior, sin duda alguna conocedora sagaz del proceso educativo. En sus últimos años de labor se desempeño como Coordinadora del Programa de Estudios Sociales.
Plasmo en las mentes de sus allegados un gran sentido del compañerismo. Sin lugar a dudas un grato ejemplo a seguir, baluarte del Magisterio Puertorriqueño.
Por: Jesús Aníbal Morlaes Alicea
Profesor de Música
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